EXPOSICIONES
FLOR PECAMINOSA
¿De qué forma habitamos nuestros cuerpos? ¿Qué posibilidades existen dentro de nuestros deseos? Son algunas de las preguntas que Nay A.M. coloca en nuestra boca como si fueran un trozo de pastel mientras estamos de manos atadas por una suave y resistente seda. Su obra nace desde la inquietud erótica, aquella duda que derriba estructuras sociales hegemónicas, machistas y represivas; porque toda duda, es la primera gota de rocío mañanero que desemboca en un cauce de cambios, de cuerpos que se habitan de forma diferente y que trabajan constantemente por explorar sus placeres, desde los más minúsculos y cotidianos, hasta los más íntimos y eufóricos.
Flor Pecaminosa es una provocación, que por medio de la fotografía revela un acceso consensuado a las fantasías de otros. Creando ventanas de libertad que nos recuerdan que
somos cuerpos destinados a sentir y ser sentidos, no sólo como un plano sexual-genital; sino, en toda nuestra complejidad humana. Cruzamos este umbral a través de la primera exposición individual de la artista y performer Nay A. M., la cual comienza con una retrospectiva de sus primeras exploraciones y del acuerpamiento de la potencia del trabajo colectivo con Pecaminosas; para finalizar con la presentación de cuatro series fotográficas realizadas ex profeso para el espacio sede.
Se alienta a las personas a proponer, a construir sus deseos sin prejuicios y con gozo, un ejercicio que no es sentencia de un camino solitario, somos un hilo que se convierte en nudo colectivo. Por medio del cuidado y la confianza Nay A.M. nos lleva como una Caronte pecaminosa que cruza un río de placeres y de conocimientos, se convierte en guardiana de deleites individuales, transmutadora y ojo operativo que materializa la dicha corporal en fotografía. Vengamos a los cuerpos olvidados y a los placeres censurados, desde la construcción de la comunidad, desde el pétalo y el nudo que hacen de nosotros una flor pecaminosa.
Hiram Silva Velasco
Ángel Bernal Flores
ACTUAL
Flor Pecaminosa
Nay A.M
Curaduría: Ángel Bernal e Hiram Silva.
Seleccionada Convocatoria Emplazamiento Llano 2022


PASADAS
Elogio de las sombras
Aldo Iram Juárez
LA FOTOGRAFÍA NO ES ESPEJO NI ES VENTANA, SINO
ESPEJISMO: PROYECCIÓN DE PRESUNCIONES Y
ASPIRACIONES.
Proyecto expositivo de Aldo Iram Juárez, fotógrafo y artista visual que reflexiona sobre el actofotográfico y las implicaciones sociales que posee.
Elogio de las sombras es un proyecto personal de Aldo donde toma como punto de partida el texto de Junichiro Tanizaki para compartir su propio (des)aprender fotográfico para dejar de aspirar a convertir la vida en imágenes y solo vivirla. Una exposición que busca hablar de la fotografía desde la crítica del consumo actual de imágenes percibida como una fantasía para las redes sociales, una adicción globalizada.
La exposición se divide en cuatro momentos/piezas que nos comparten las reflexiones de Aldo en este proyecto. 365 Acciones para la Cámara es un listado elaborado durante un año usando la función stories de Instagram, Días es el resultado de un “ritual” consistente en tomar una obturación al día cada veinticuatro horas, durante mil noventa y seis días
días, una selección de obra impresa que incluye fotografías de su archivo intervenidas y una selección de monocromos re-capturados digitalmente para resaltar las sombras “quemadas” en la imagen original.
Una exposición muy personal que muestra el extrañamiento y resistencia a la aceleración fotográfica y la sobreproducción en un entorno moribundo donde la fotografía no es espejo ni es ventana, sino espejismo: proyección de presunciones y aspiraciones sin función
documental, introspección, u otro propósito que no sea la seducción fugaz del espectador y la satisfacción instantánea de las personas retratadas, a expensas de nuestro hábitat,
consumido (en todos los sentidos) por nuestro insaciable ego.





jotxs en ascenso
Jerónimo Sainz
Juan Villavicencio
Curaduría: Sociedad Tropical
Seleccionada Convocatoria Llano
Junio
Bienvenidxs a esta expresión no tan ordinaria de descubrimiento identitario. Esta iniciativa nace como un ejercicio artístico y curatorial que buscaba explorar la jotería, lo cuir, lo marica y lo salido de la norma. Sociedad Tropical conformada por dos mujeres bisexuales abrieron un diálogo con Jerónimo y Juan, dos artistas homosexuales, indagando sobre las experiencias del despertar sexual. Estas charlas nos llevaron a nuestras raíces, el hogar; porque es en las infancias dónde se dan los primeros pasos hacia una formación identitaria.
Pero, ¿qué pasa cuando descubrimos que el hogar puede decidirse, encontrarse, armarse y no tiene una sola forma?, ¿Qué sentimos cuando no pertenecemos a los estereotipos y somos objeto de prejuicios propios y ajenos que intentan silenciar nuestras diversidades? ¿A qué nos enfrentamos cuando nos damos cuenta que existe un camino espinoso que lxs rarxs, debemos cruzar estemos dispuestxs o no, si queremos vivir a voluntad? x_x
Es por este camino que se cuestionan estereotipos, conceptos y creencias predeterminadas por la sociedad que dicta la manera en que debemos amar, coger, sentir y pensar. Al iniciar este viaje, debemos nombrarnos para aceptarnos, incluso si nos señalan; salir del clóset y vivir una vida en la periferia como anormalidades del sistema, para resignificar nuestras vidas y ascender hacia un camino de luz, aire y amor propio. *salen brillitos celestiales* \o/
Es aquí donde la cerámica se convierte en la representación del, a veces suave, a veces rasposo, ascenso hacia la libertad. Las formas moldeadas se transforman en metáforas poderosas de autenticidad y visibilidad. Al igual que las piezas expuestas, nuestras identidades están en constante deconstrucción, creación, cocción y reinterpretación. La cerámica nos recuerda que la prueba y el error son la forma para descubrirnos. Así como las arcillas, trabajamos nuestra identidad con la práctica, ensuciándonos hacia un proceso de autoaceptación y crecimiento. Es una travesía en llena de incógnitas, al igual que aquello que sale del horno, emergemos con nuevas formas y colores únicos. :D
Esta exposición es un homenaje al descubrimiento de la identidad sexual y la jotiza, atravesada por la cotidianidad de un país feminicida, clasista y transfóbico, pero lleno de piolines. Que cada pieza aquí presente sea un recordatorio de que el hogar, más allá de los preconceptos, reside en la autenticidad de nuestro ser, en comunidades diversas, en la vía pública o en un foro de internet. <3
La jotería (que vive inmersa en nuestra sociedad) se convierte en un acto de resistencia. En cada mirada, en cada pieza, se refleja el coraje de salir al mundo y abrazar nuestra identidad con orgullo.







Intersticios, la tensa calma
Axelle Russo
Ganadora convocatoria Llano
Junio
La obra escultórica de Axelle Russo se vincula a la noción de frontera tanto en un sentido metafórico como estructural. A través de distintos materiales asociados a objetos funcionales y domésticos, su práctica busca encarnar la sensación de movimientos libres. Para ello, retoma referencias que van de la historia a la biología, cuestionando la estaticidad identitaria y física de estas demarcaciones.
Intersticios, la tensa calma nos sitúa entre mapas laberínticos e imaginarios que se ramifican. Alude a paisajes abiertos que invitan a pensar en los caminos como espacios lúdicos. Nos lleva entre estructuras al borde del colapso que, sin embargo, se sostienen; otras en cambio, asemejan territorios como organismos vivos.
En la tensa calma, se abre un umbral de posibilidades. Lo que pareciera fijo y rígido se transforma en un respiro desahogado. Es así que nos internamos entre múltiples caminos. Caminar es casi algo instintivo,
salvaje. El acto mismo nos lleva a lugares impensables, a veces por cuestiones políticas, sociales y otras por necesidad o intuición. Sin embargo, las obstrucciones que se presentan son amplias: rejas, muros, delimitaciones territoriales. Se nos disputa quiénes somos. Algo intuitivo como caminar se vuelve un obstáculo y nos encontramos con fronteras ideológicas y físicas. Los espacios se cierran, se privatizan, se nacionalizan. Pero, nuestros cuerpos aún así los transgrede, una y otra vez.
A manera de cuestionamiento, Axelle Russo prefiere imaginar el intermedio de estos caminos, lo que sucede antes de atravesarlos, de ir más allá. ¿Qué pasa en ese intersticio? ¿Cómo en la tensión que se genera al cruzar las fronteras –rígidas y violentas–, también hay una oportunidad para dislocarlas? No estar aquí, ni estar allá, sino entre. No hay líneas rectas, no hay binarios, sino una sensación constante de fluidez y transformación. El intersticio es un espacio-membrana que respira y palpita tembloroso mostrándose siempre inestable. Es ahí, donde las zonas grises, o quizá más bien de luz y de un instante de calma, permiten la libertad de movimiento y ponen en pausa las cargas culturales e identitarias.
Así, en Intersticio la tensa calma las formas se contraen y dilatan, mientras que nosotrxs nos convertimos en personas del intervalo, nos detenemos en éste, vemos, sentimos con el cuerpo, antes de seguir por un camino alterno. Ese camino es imaginado por nosotrxs y ya no una imposición. El habitar temporalmente los intersticios nos lleva a trazar nuestras propias rutas, realizando acciones corrosivas que evidencian la fragilidad de las fronteras y la porosidad inherente a sus ecosistemas.
Fernanda ramos mena





Se lee un fragmento del libro “El Espacio Original”, de Diego Berjón la siguiente frase:
“Nombrando seres, objetos y lugares, los señalamos con palabras
y repitiendo esas palabras, los hacemos cada vez más nuestros.”
Es así como Bolder, dupla creativa cargada de poesía , añora un presente y un futuro que invita al visitante a tomar una pausa para comprender lo cotidiano, encontrar un momento para honrar las raíces que nutren las mentes creadoras, acentuar la capacidad de asombro por los materiales honestos y comprender el valor del paso del tiempo.
A través de la melancolía, Bolder se sumerge en la intimidad de Yalalag, un pequeño poblado en la Sierra Norte de Oaxaca, y el hermoso oficio de la huarachería y tenería a través del trabajo de su abuelo Don Moisés y sus bisabuelos. Oficios familiares que incitan a reflexionar de manera meticulosa sobre la delicadeza y transparencia de su trabajo. Una forma de arte que expresa la sublime transformación de la piel, la madera y la piedra en una oda a la simplicidad; una expresión donde la firmeza de los materiales hablan por sí solos. Con este legado, celebramos el regalo más grande de la tierra: nuestras raíces.
Gabriela Bustillos
Hilo Fértil, 2023
Adriana Monterubio
Marzo - abril
Dejar que Adriana Monterrubio nos hile con sus propuestas, es pedirle a la animalidad que nos hable. Que sus piezas rujan, huelan, rodeen, mujan. Que hagamos una apuesta desde la furia y la delicadeza como entramado fértil.
Hablar de cuero también es hablar de cuerpo. de carne. pellejo. epidermis. células. De funciones biológicas que encierran vida y muerte. Donde ella establece una simbiosis con otros seres y organismos de donde toma fuerza para construir sus piezas. Todo es raíz que se expande y contrae. Que se seca, trasmuta, pero permanece. Es un vínculo constante con la muerte que no desaparece.
Adriana nació de cuero y con el cuero en San Pedro Pochutla, Oaxaca, cuando ella lo trabaja con sus manos como principales herramientas, se genera una extensión bicéfala entre sus manos y el cuero. Ahí está la vida. La fuerza y tenacidad se presentan como semillas que son sembradas en la corteza del cuero, en el primer perfil de la epidermis. El cuero y las semillas hacen tierra. Cuando ella corta, raja, mide, calcula ella también lo siente, le atraviesa en todos los sentidos y le genera una gran emocionalidad porque el cuero tiene energía.
El animal está hablando, se está transformando, ella es la guía y chamana que lo conduce a otra dimensión. A través de una tona que es el animal que transforma lleva su muerte a otro plano, al de la fusión nuclear. Donde la muerte toma otro significado.
El proceso de Adriana se ha transformado año con año, desde el 2020 empieza a posicionar sus creaciones desde un formato grande y con bioescultura, donde el proceso se sitúa muy orgánico con curtidos vegetales usando componentes compostables porque se reintegran de nuevo a la tierra.
Ella habla todos los días con elementos oaxaqueños propios de su identidad, está presente el añil, grana cochinilla, fibra de maguey, pulpa de papel, pita, ixtle, huizache, palo de mora. Estos elementos se hilan con el cuero, materia prima de sus creaciones, día con día conjura procesos físicos, químicos y biológicos como buena talabartera.
Cuando digo que Adriana atraviesa todos los sentidos, me refiero a que el cuero se convierte en sensorial, porque se logra crear conexión con otras personas quienes, por ejemplo, personas con ceguera puedan sentir mediante el tacto, la metamorfosis del acto. Quizás para muchos no sea perfecto a los ojos, pero al palparlo se aprecia la divinidad con la que rajó,
cortó, moldeó. El quehacer a mano de Adriana la convierte en oruga, su proceso es lento, le gusta darle protagonismo a su raíz, pide permiso a su tierra y territorio para que los agentes animales y vegetales la dejen crear. Se entrega a la extrañeza, los elementos de la natualeza conjuran fuerzas bestiales, al finalizar cada una de sus obras, todo quedará reducido a la materia elemental en que consistimos como vida humana.